Carpeta de justicia

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Me he dado cuenta de que muchas veces escribimos en foros, en redes sociales, en post y artículos la frase, “transformación digital”. Así sin más, es una frase que para los que estamos de una u otra forma en el ámbito de “lo digital” tiene sentido y rápidamente nos sitúa en un contexto.

Sin embargo, tras un debate en el grupo de LinkedIn que administro, (entusiastas de la mediación y ADRs 11.000 seguidores), literalmente me han comentado esto: Eduardo Ruiz: Tomás Prieto yo provengo del mundo empresarial y no puedo estar más de acuerdo con la preocupación que nos quieres transmitir. . . . . Ahora bien, el problema que tenemos es que nos tendremos que adaptar al cambio cuando éste se haya producido. Ahora es dar palos de ciego. Las nuevas tecnologías son rápidamente sustituidas por otras más recientes. ¿Cómo adaptarnos a qué? ¿Qué sugieres?”.

El compañero Eduardo Ruiz me lanza esa inquietud y lo comprendo. Hablar, por ejemplo, del “Tsunami Digital”, que es el término que se está usando en muchas ocasiones por expertos, tecnólogos o “gurús” e incluso algunos periodistas, para referirse a los cambios que están llegando de forma imparable desde tecnologías disruptivas, en según que foros, es normal que no nos entiendan e incluso, a veces se nos tache de “frikis”.

Particularmente mis fuentes para entender la “Transformación Digital”, son las Universidades de Stanford, Columbia, Hardvard, el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), Singularity University, la UGR (Universidad de Granada) a través de su MediaLabUGR y GrinUGR, y por supuesto leer y seguir a muchos de los expertos que hay en nuestro país como por ejemplo Bernardo Hernández, Enrique Dans, Silvia Leal o Sara Molina.

Además, la preocupación por saber que ocurre y entender hacia dónde vamos hace que esté en formación continua de una forma literal. Cada mes estoy en algún Congreso, en algún curso de expertos o realizando un taller que me atraiga por algún motivo y todo en relación con la tecnología.

Así se podría decir que cumplo los requisitos de buen Knowmad, desde el concepto de “conocimiento nómada” para estar al día de lo que me interesa en el campo digital.

Se están escribiendo ríos de tinta cada semana sobre la necesidad de adaptarse a los cambios y no quedarse en “la brecha digital”, pero es muy posible que no lleguemos a todos los públicos y haya quien no nos entienda.

Por tanto, voy a intentar dirigirme en este post a toda esa gente que nos lee, profesionales de cualquier ámbito, que en la actualidad son meros usuarios digitales y por ello no están familiarizados con los términos y en la forma en que nos expresamos los inmigrantes digitales o los nativos digitales.

¿Qué es la Transformación Digital?

Desde mi punto de vista, y lo digo siempre que tengo una oportunidad, la última ha sido en el World Mediation Summit de Madrid, le digo a la audiencia que por todos los medios hay que evitar entrar en la “brecha digital” y quedarse como un mero “usuario” de la tecnología.

Tanto Osuna Acedo S. como Aparici R.¹ afirman que “las personas que no tengan facilidad de acceso al ciberespacio y entren en la brecha digital corren el riesgo de exclusión social”. Por supuesto, que para un profesional entrar en la brecha digital podrá suponer la marginación en el ámbito laboral al que se dedique, tal y como afirman diversos expertos en Comunicación Digital del panorama nacional, entre los que podemos citar a Sara Molina Dircom. de Marketingnize o Esteban Romero de MediaLabUGR en la Universidad de Granada.

Así una primera propuesta de transformación sería pasar a ser “digitalmente competente” para asimilar, entender y poder tomar decisiones que le afectan a todo profesional o empresa, relativas a las TIC (tecnologías de información y la comunicación) y además comprender las ahora denominadas tecnologías de la singularidad, como por ejemplo computación cuántica, inteligencia artificial, robótica, internet de las cosas o blockchain. Se denominan de la singularidad porque todas tienen un crecimiento exponencial y es ahí donde se va a producir la gran revolución.

Es sobre todo un cambio de mentalidad, una interiorización de que no estamos hablando de “ciencia ficción” y de que todo va a cambiar a un ritmo de vértigo. Como dice Bernardo Hernández (ex de Google) referente en innovación y emprendimiento, además de Business Angel, la “Transformación digital comienza por uno mismo”, desde la aceptación y asimilación de lo que la tecnología significa en cada uno de los pilares que nos afectan en la sociedad. Es un momento extraordinario y hay que esforzarse por entenderlo.

Cuando hablamos de tecnologías de crecimiento exponencial suelo poner un ejemplo que le escuché a José Luis Cordeiro, Ingeniero fundador de la Singularity University creada por Google y NASA en el 2.008, y decía que: si camino treinta pasos lineales de un metro cada paso, al final habré caminado 30 metros. Pero si camino 30 pasos exponenciales al final habré dado diez veces la vuelta al mundo.

Esa es la singularidad de todas las nuevas tecnologías de esta cuarta revolución industrial; se va a acelerar todo tanto que en los próximos 20 años vamos a cambiar y evolucionar más que en los dos milenios anteriores. ¡Esto es lo que debemos asimilar y estar preparados!

Hablando con mi compañera Sara Molina de  @Marketingnize y reflexionando sobre lo que ella entiende por esta transformación dice: “La transformación digital supone la oportunidad de desarrollar nuevas estrategias en los modelos de negocio aprovechando al máximo el binomio tecnología y personas. Los cambios en la sociedad actual han supuesto un cambio de paradigma, por lo que el tejido empresarial está experimentando numerosos cambios. Este contexto obliga a repensar los procesos y la estrategia de mercado en las organizaciones. Y a su vez implica además de aprovechar al máximo el uso de la tecnología en términos de eficiencia y calidad, sumado a la necesidad de nuevos skills centrados en prestar un mayor valor añadido”.

Esto mismo que nos dice Sara Molina lo podemos extrapolar para todo tipo de profesionales que deberán de modificar la forma de ofrecer sus servicios y de conseguir clientes, y por ello deberían de adquirir los conocimientos y habilidades necesarios.

Dice Bernardo Hernández que la Transformación Digital no se puede comprar, y Roberto Aparici se postula en la idea de que para ser digitalmente competente hay que adquirir las habilidades necesarias: “hay que asumir que ya no hay vuelta atrás, es como el tema del inglés, necesitamos ser bilingües por exigencias del mercado laboral, pues no menos importante es la asimilación de la Cultura de la Participación en el Ciberespacio. Muchos queremos estar en las redes sociales, pero no se puede estar de cualquier manera, hay que saber estar. Para ello, se debe de asimilar el conocimiento y las habilidades para comunicarse y relacionarse con un fin colectivo. Para el ciudadano digital, el saber gestionar su propia identidad digital debe convertirse en una competencia personal en la sociedad actual (Osuna Acedo S., Aparici R).

Y estoy de acuerdo totalmente, no podemos pretender entrar en la era de la singularidad, en el mundo da la conectividad global y del Internet de las cosas, por ejemplo, sin el conocimiento y habilidades necesarias. Es el momento de reaprender y de aprender a emprender y de ahí surge el libro de Silvia Leal “e-Renoverse o morir”.

Cuando se habla de 2020 como una fecha especial es porque los presidentes de las principales tecnológicas (Facebook, Google, Amazon, Apple etc.) han confirmado que se producirá la conectividad global, y con ella un internet de banda ancha dando paso a la convergencia de el resto de tecnologías exponenciales denominada Q-brain.

 

Citas:

¹Roberto Aparici, es Director del Máster de “Redes Sociales y Aprendizaje Digital” de la UNED, Dr. en Tecnología, Comunicación y Educación en la Red. Sara Osuna Acedo, Directora adjunta del Máster sobre “Tecnologías Digitales y Sociedad del Conocimiento” de la UNED. Revista Mediterranea de Comucicación (La Cultura de la Participación).




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