Escribo este post exclusivamente para ti, querido abogado, porque me tienes un tanto desconcertada.
Estás al día sobre innovación y transformación legal, pero, ¿sabes qué es el copywriting?
- ¿Qué tal vendes tu trabajo en tu web?
- ¿Sabes cuál es tu tasa de aceptación de presupuestos?
- ¿Cómo haces para que las personas que llegan a tu web se conviertan en clientes?
- ¿Conoces a fondo al cliente al que te diriges?
Te hago estas preguntas porque veo que estás muy atento a las últimas tendencias sobre innovación y transformación digital en el sector legal, sin embargo, he observado que los textos de tu web son, a menudo, generalistas incluso muy parecidos a los de tu competencia.
Si te das cuenta, internet es un medio fundamentalmente escrito.
¿Estás aprovechando el poder de las palabras para llamar la atención en Internet y diferenciarte de tu competencia?
Eres un magnífico escritor y eso no te lo discutiré nunca.
Lo que pasa es que no es lo mismo escribir una demanda que un post en tu blog. O quizá, sí.
La verdad es que si el copywriting es una técnica de escritura persuasiva cuya función en conseguir que el lector realice una acción concreta, ¿por qué no ibas a aplicar el copywriting en tus demandas?
¿Por qué debería aprender un abogado copywriting si ya sabe escribir?
A diario un abogado necesita las palabras para realizar su trabajo:
- Escritos, reclamaciones y demandas.
- Correos con clientes y equipo.
- Preparación de testificales y pruebas periciales.
Sin embargo, para vender tu trabajo como abogado y captar clientes en internet, necesitas también las palabras para convencer a las personas que aterrizan en tu web.
Si las palabras funcionan bien en tu día a día es porque consiguen 3 objetivos:
- Captar la atención del Juez para que se ponga en el lugar de tu cliente.
- Crear empatía y ayudar a tu cliente a que se sienta tranquilo durante el procedimiento.
- Cautivar a los presentes en Sala para rebatir las alegaciones de contrario.
¿A caso crees que en tu web no necesitas conseguir estos objetivos?
En tu página web también necesitas:
- Captar la atención de las personas que llegan a tu web por primera vez.
- Crear empatía con tus clientes y que se sientan identificados con tus mensajes.
- Cautivar a tus lectores para que piensen: “este es el abogado que necesito” y decidan contratarte.
Las personas que llegan a tu web quieren saber por qué deberían contratarte a ti y no a la competencia.
Y ya sabes que tu competencia está a un sólo click.
Una web jurídica necesita algo más que un buen diseño, unas buenas fotos y un buen posicionamiento SEO para vender.
Esta es la situación más normal que te puedes encontrar en Internet:
Mi amiga Susana acaba de separarse. No conocía a ningún abogado especialista en Divorcios e hizo una búsqueda en Google. Pilar, es emprendedora digital, y cuando creó su página web necesitó los servicios de un despacho para adaptar su web y negocio al RGPD. ¿Y qué hizo? Adivina...
Cuando me contaron su experiencia buscando abogado en Internet y lo difícil que les resultó encontrar una página en la que se sintieran arropadas, no me sorprendió. Y pude confirmar lo necesarias que son las palabras que escribes en los textos de tu web.
Hacía tiempo que sabía de esta “debilidad” pero quería comprobar cómo reacciona una persona que tiene una necesidad legal específica ante unos textos típicos.
Literalmente me dijeron: “no me he sentido comprendida y la mayoría de estas páginas sonaban igual”. Es decir, que las páginas de estos abogados no les transmitían confianza, empatía ni implicación, tres factores fundamentales para forjar la relación abogado - cliente.
Pensaban que iban a encontrar rápidamente al abogado que necesitaban para resolver su asunto legal, pero les resultó muy complicado porque la mayoría de las páginas estaban cortadas por el mismo patrón.
Generalmente, salvo contadas excepciones, la página web de un abogado destaca por los siguientes elementos:
- Textos sin personalidad que parecen sacados de un corta pega.
- Lenguaje distante para demostrar rigurosidad.
- Artículos en el blog con comentarios a sentencias farragosas difícilmente digeribles por un lego en Derecho.
A mi amiga le costó decantarse por alguno de aquéllos despachos y así fue como realizó la selección:
Solicitó presupuestos a través de correo, teléfono y en una primera reunión.
Obtuvo 3 presupuestos de diferentes abogados.
A partir de aquí eligió al profesional que le ayudaría a conseguir la custodia compartida del mayor tesoro de su vida.
Susana únicamente valoró el precio por este servicio, siendo su elección totalmente racional.
Y es aquí donde reside el error.
Al final acabas compitiendo por precio.
Estoy convencida que no quieres que tus clientes te elijan sólo por el precio. Es más, me atrevería a decir que sientes rabia por esta situación generalizada en el sector jurídico.
Esperas que te encuentren en Internet por estar bien posicionado en Google. Por esta razón dejas que tus textos sean planos, vagos y cumplan únicamente la función de posicionarte.
Te has olvidado de lo más importante de tu negocio. Tu cliente.
Pero sobre todo descuidas los beneficios y resultados que obtiene tu cliente cuando decide contratarte. Y para ello, debes conocer a fondo a tu cliente, empatizar con su situación actual y exponerle por qué tú, y no el abogado de enfrente, eres especial para él.
La abogacía es un servicio basado en la confianza, la intimidad y lo personal.
Y por esta misma razón, la persona que llega a tu web quiere que le comprendas perfectamente como cliente. Está buscando cuidar una parcela muy íntima de su vida y en la que tú puedes ayudarle.
Necesita imaginarse cómo sería disponer de tu tiempo.
No desaproveches el poder de las palabras para crear esa ansiada conexión emocional de tu cliente.
Ese cliente ha visitado más de seis páginas de abogados antes que la tuya. Está nervioso, quiere cerrar este capítulo de su vida cuanto antes y no quiere pasar horas seleccionando al abogado.
Por eso, si no consigues que el cliente se de cuenta del enorme valor que aportas, se centrará únicamente en el factor precio.
¿Qué opinas?
Estoy convencida que la abogacía va a sufrir una bonita transformación en su comunicación on line. Mientras tanto, seguiré apoyándote para que consigas que tus clientes te guiñen un ojo y empaticen con tus textos.
Si te ha gustado este contenido y deseas aprender más sobre copywriting, te invito a apuntarte a mi curso gratuito Abogada Influyente. Te deseo mucho éxito.
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