Una vez que el éxito como abogado te comienza a sonreír, otros empezarán a fijarse en ti. Es fabuloso para nuestro ego cuando la mayor parte de las personas con las que nos relacionamos profesionalmente comienzan a hablar con nosotros sobre el fantástico trabajo que estamos haciendo. También nuestros compañeros nos estarán observando.

 ¿Cómo responderemos nosotros a esta nueva atención?

 

Existen 4 tipos de abogado en función de su respuesta ante nuevos niveles de éxito:

1.- Abogado Modesto:

Algunos son personas humildes a las que sinceramente no les gusta ser el centro de atención. Está bien ser modesto, pero nuestros éxitos futuros dependen del manejo del éxito de hoy. Deja que los efectos de las alabanzas de los demás sigan su curso y aumenten tu nivel de confianza. Desde un punto de vista correcto, la autoconfianza aumenta la competencia y la competencia aumenta nuestra destreza como abogado.

Oblígate, si tienes que hacerlo, a dar un paso adelante y aceptar el reconocimiento con elegancia. Observa atentamente a aquellos cuyas palabras de aceptación te hacen sentir bien y se ganan tu respeto. Aprende a dar las gracias con su estilo.

2.- Abogado Inconformista:

Son aquellos que nunca se permiten estar contentos con el presente, nunca disfrutan el momento: “podría haberlo hecho mejor”, “podía haber ganado más dinero”,  “podía haber dicho esto o lo otro…”

Te estás cavando tu propia tumba. El estrés de querer siempre más te acabará quemando. Es estupendo tener metas y objetivos, pero no olvidemos nunca que concedernos tiempo para aceptar y disfrutar de las recompensas de cada objetico debería ser fundamental.

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3.- Abogado Ególatra:

Si empiezas a pensar que eres un mago en vez de un abogado, ¿crees que las alabanzas durarán mucho?

Está bien que te des unas palmaditas en la espalda por tus éxitos, pero no tardes mucho en volver a la realidad.

4.- Abogado Ideal:

Aeptar el honor con elegancia es la clave. Dar las gracias a todos aquellos que nos han ayudado a alcanzar el éxito es indispensable.  Recuerda que cualquier reconocimiento que ganes en tu profesión de abogado es un elogio que recibes por atender las necesidades de otros.

La palabra que lleva grabada a fuego este tipo de abogados es “servir”. Saben que sus éxitos son un reflejo directo de su capacidad para servir a sus clientes.