Tomos somos humanos, no robots. Parece una conclusión evidente, ¿no?
Y en una profesión como la abogacía y en un entorno como los Juzgados, resulta lógico que no todas las personas van a ser iguales, ni van a tener un comportamiento 'impecable' en todo momento.
Pero, después de dos y de tres situaciones 'insólitas' vividas en los Palacios de Justicia de varias provincias de nuestro país, puedo decir abiertamente que el 'sino' de un proceso depende mucho del funcionario 'que te toque'.
Los trabajadores de la Administración de Justicia (jueces, fiscales, tramitadores, agentes, secretarios,...) en su mayor parte (y lo digo honestamente, de verdad) resultan ser educados y eficaces.
Pero con el título de este breve artículo de opinión no me refiero a eso.
Sino a ese 'plus' espontáneo que te encuentras de vez en cuando y que establece la diferencia entre estar 'atendido' y constatar que te están escuchando.
Entre que te sellen un escrito y observar que quien lo hace conoce los entresijos del procedimiento y sabe a la perfección cual va a ser el próximo paso en el mismo.
Entre que te miren sin saber que decir cuando preguntas por un trámite 'atascado' y que se tomen la molestia de constatar por qué ha sucedido y te lo hagan saber.
Entre que te traten con respeto y cercanía en una vista (aunque luego la sentencia no sea favorable) y que ni te miren y encima te transmitan la sensación de 'ya tengo tomada la decisión, ni te molestes...'.
A eso me refiero.
A esos trabajadores que, cobrando lo mismo, intentan hacer lo mejor posible sus funciones (que, desde luego, no son sencillas).
Aquellos en los que pienso cuando utilizamos en las Redes Sociales el hastag #JusticiaSinMediosNoEsJusticia, puesto que son ellos quienes se llevan todos los 'palos' de abogados, procuradores y de usuarios en general.
Ese personal al servicio de la Justicia que se resiste a ver números en lugar de personas y que, desde la empatía, trabajan más horas de las oficiales y con escasísimos recursos.
Esos trabajadores en los que pensamos cuando llega un asunto al Despacho y murmuramos: 'A ver si hay suerte y nos toca el Juzgado numero...'.
