• La auditoría es una herramienta clave para generar confianza en el proceso de subvenciones. “El trabajo del auditor previene irregularidades y refuerza la credibilidad en la gestión de los recursos públicos”, destaca Julián Sabater, socio de RSM 

La auditoría es un pilar esencial para garantizar que el dinero público se utilice de manera eficiente y transparente. En un contexto donde las subvenciones representan una herramienta clave para impulsar la economía y la sociedad, la labor de los auditores se vuelve fundamental para prevenir irregularidades y generar confianza en la gestión de los recursos públicos. Julián Sabater Picot, socio de auditoría de RSM, subraya el papel clave de la auditoría en este proceso y cómo contribuye a fortalecer la cultura de la transparencia.

Existe una importante responsabilidad de los organismos financiadores y entidades beneficiarias para garantizar el uso correcto de los recursos. Constatar que el uso de los fondos públicos se traslada a los canales adecuados requiere un ejercicio de transparencia, claridad y confianza necesario para disipar el recelo del contribuyente sobre el destino del dinero público.

“El auditor es garante de la correcta gestión de fondos públicos”, afirma Julián Sabater. Los gastos incurridos, que todos los pasos se hayan dado acorde a la ley, que tengan una justificación y que vayan acorde a los objetivos del proyecto son los pilares del seguimiento del dinero público. La transparencia se convierte en el lenguaje con el que administraciones, entidades receptoras y el contribuyente afianzan la confianza mutua. 

Sabater aclara también que “las funciones de un auditor van más allá de una mera revisión documental de carácter técnico. Su presencia e intervención aseguran un adecuado uso de los recursos disponibles afectados y contribuye a mejorar la cultura de la transparencia y compromiso en la actuación de las partes”.

Las auditorías son clave para asegurar que las subvenciones se gestionen de manera eficiente y sin irregularidades. Según el Tribunal de Cuentas de la UE, alrededor del 4,2% de estos fondos presentan problemas, lo que supone un gran riesgo financiero. Además, la OCDE señala que una auditoría rigurosa puede reducir hasta en un 20% las ineficiencias en el gasto público, garantizando que el dinero llegue a su destino y cumpla su propósito.

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