Blanca de Eugenio Fernández
Introducción
Con ocasión del día Internacional de la Mujer, me ha parecido interesante tratar un tema del que soy testigo cada día a través de mi trabajo como abogada experta en el asesoramiento al farmacéutico: el emprendimiento a través de las farmacias, que como es bien sabido, tiene en 7 de cada diez casos, nombre y apellidos de mujer.
Emprender también tiene nombre de mujer
El emprendimiento femenino se refiere a la creación y gestión de empresas por mujeres. Aunque las mujeres han estado involucradas en los negocios durante siglos, aún enfrentan desafíos significativos en el mundo empresarial, incluyendo la discriminación de género, la falta de acceso a financiamiento y recursos, y la falta de modelos a seguir y redes de apoyo.
A pesar de estos obstáculos, el emprendimiento femenino es una fuerza creciente en la economía global. Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), las mujeres representan alrededor del 42% de los nuevos emprendedores en los países de la OCDE. Además, las empresas dirigidas por mujeres tienden a ser más innovadoras y proclives a adoptar prácticas sostenibles y responsables.
Para apoyar el emprendimiento femenino, se han desarrollado iniciativas y programas en todo el mundo, incluyendo aceleradoras de negocios, programas de capacitación y mentoría, y fondos de inversión enfocados en empresas dirigidas por mujeres. Además, se adoptan medidas para abordar las barreras estructurales que enfrentan las mujeres empresarias, como la falta de acceso a la financiación y la discriminación de género.
Las mujeres tienen una presencia significativa en el sector de las farmacias, tanto en puestos de trabajo como en la propiedad de farmacias. De hecho, según un informe de la Federación Internacional de Farmacéuticos (FIP), en algunos países las mujeres representan más del 70% de los farmacéuticos registrados. Estas cifras son extrapolables a nuestro país.
La oficina de farmacia: un emprendimiento muy femenino
Las mujeres que optan por realizar los estudios de farmacia, suelen optar por una de estas tres opciones: el desarrollo de medicamentos, la investigación clínica o la titularidad y gerencia de una oficina de farmacia.
Sin embargo, como en muchos otros sectores, las mujeres en las farmacias enfrentan desafíos relacionados con la igualdad de género, como la discriminación y la brecha salarial de género. Además, las mujeres pueden tener dificultades para avanzar a puestos de liderazgo y para acceder a financiamiento y recursos para iniciar y hacer crecer sus propias empresas farmacéuticas.
Para abordar estos desafíos, se están implementando programas de desarrollo profesional y mentoría, así como políticas y leyes para promover la igualdad de género en el lugar de trabajo. Además, hay iniciativas para apoyar a las mujeres empresarias en el sector de las farmacias, como el acceso a financiamiento y capacitación empresarial. Nosotros desde Orbaneja Abogados hemos diseñado un protocolo especial para ayudar a nuestras clientes a hacer realidad sus proyectos empresariales a través de acuerdos con las principales entidades bancarias especializadas en el sector de la oficina de farmacia como Bancofar, Deutsche Bank, Arquia o Caixa Bank.
Los retos a enfrentar por las mujeres farmacéuticas
Las mujeres farmacéuticas enfrentan una serie de desafíos, siendo los principales:
- La desigualdad de género: Las mujeres farmacéuticas enfrentan desigualdades en el acceso a oportunidades de carrera, el acceso a financiamiento y recursos para iniciar y hacer crecer sus propias empresas farmacéuticas, y la brecha salarial de género.
- Discriminación de género: Las mujeres se enfrentan a veces a discriminación en el lugar de trabajo, lo que puede limitar su capacidad para avanzar en sus carreras.
- Dificultad para equilibrar la vida laboral y personal: Las mujeres encuentran a menudo dificultades para lograr un buen equilibrio entre sus responsabilidades laborales y las familiares y personales.
- Presión del mercado y la competencia: El sector farmacéutico es altamente competitivo y está en constante cambio, por lo que resulta necesario formarse continuamente, lo que a su vez requiere un tiempo precioso que cuesta encontrar.
Para abordar estos retos, es esencial que las principales organizaciones sectoriales como los Colegios de farmacéuticos, diseñen y desarrollen políticas y programas de igualdad de género, así como iniciativas para apoyar a las mujeres empresarias en el sector farmacéutico. Además, son también muy útiles las redes y comunidades que permiten a las mujeres farmacéuticas compartir experiencias y apoyarse mutuamente en su desarrollo profesional.
La aversión al riesgo: barrera y motor del emprendimiento
Se ha sugerido que las mujeres pueden ser más reacias al riesgo que los hombres, lo que puede influir en su decisión de emprender. Aunque esta afirmación es una generalización y no se aplica a todas las mujeres, hay algunas investigaciones que han probado que así es, que nosotras somos más cautelosas a la hora de asumir riesgos que los hombres. Esta aversión al riesgo puede tener un impacto en la decisión de una mujer de convertirse en emprendedora pues preferimos por lo general, una mayor seguridad financiera y estabilidad, algo bastante incompatible, con la esencia del emprendimiento. Además, las mujeres pueden ser menos propensas a buscar financiamiento externo o inversiones de riesgo, lo que puede limitar su capacidad para hacer crecer su farmacia.
Sin embargo, también es importante tener en cuenta que la aversión al riesgo no es necesariamente una debilidad. Las mujeres pueden ser más propensas a planificar cuidadosamente sus negocios y tomar decisiones informadas y estratégicas para minimizar los riesgos. Esto puede conducir a negocios más sostenibles y duraderos a largo plazo.
Conclusiones
Las mujeres hemos demostrado que la oficina de farmacia regentadas por nosotras son negocios que funcionan, que cumplen su función social y generan riqueza. Es por tanto importante, abordar los retos que podrían alejar a algunas mujeres de un ámbito empresarial donde claramente aportamos valor. Ayudar a las mujeres a no sentir miedo, a que comprendan que ese miedo es positivo, es la gasolina que mueve cualquier empresa puede coadyuvar a este fin. Este tipo de discurso debe comenzarse cuando las jóvenes futuras farmacéuticas están aún en la universidad, acercándoles al emprendimiento proporcionando a esas potenciales titulares de farmacia, el conocimiento necesario para que puedan acceder cuando los necesiten a los recursos y apoyos para que les permitan tomar decisiones informadas y estratégicas en el proceso de inicio y crecimiento de su negocio.