Ayer vivimos en Hernani, en el marco tecnológico de la Fundación Orona, uno de los eventos jurídicos más importantes que va a ver este 2017, el I Congreso de Legaltech y startups jurídicos.
Sus organizadores -Jorge Campanillas, Bárbara Román y Jorge Morell- consiguieron reunir, de un lado, a los ponentes más representativos del sector de la innovación legal en España y, de otro, a una muestra de la audiencia, punta de lanza, del cambio tecnológico en nuestro país.
El evento no defraudo, todo lo contrario, es el embrión de la comunidad legaltech española, así Carlos Guerrero anunció la fundación de la Asociación Legaltech España que reuniría a los incipientes startups del sector jurídico.
Vivimos una segunda revolución tecnológica en el sector, si bien los despachos han superado su adaptación a la tecnología básica (bases de datos, internet, correo electrónico, gestión de despachos…), el nuevo entorno tecnológico se presenta con una incertidumbre que, según Ignacio Rodríguez podría afectar a la desaparición del 30% de los abogados.
A pesar de esos augurios, creo que la profesión tiene mucha más capacidad de readaptación y supervivencia. Desde hace 25 años llevamos escuchando mensajes similares, con la aparición de la tecnología, la implantación de los grandes despachos internacionales, las tendencias de concentración de despachos, los nuevos modelos de gestión… y el número de abogados en activo sigue rondando los 70.000, un dato más elevado de los 60.000 que manejábamos en el sector editorial hace una década.
Aunque cuando hablamos de datos del sector, como recalcó María Jesús González-Espejo, vivimos en un oscurantismo. No hay datos del mercado legal, la información jurisprudencial tiene un precio elevado para los operadores, los datos que se ofrecen desde el ministerio y del poder judicial son estadísticas limitadas. Aunque parece que este oscurantismo tiene los días contados, Iñaki Vicuña -director del CENDOJ- anunció el open data para dentro de un año de las más de 6 millones de sentencias anuales que trata en Centro de Documentación Judicial.
Datos e información que, con el tratamiento adecuado, podrán dar respuesta a ¿qué duración tienen los procesos judiciales, por juez, tribunal, procedimiento, temática? ¿cuál es la tasa de éxito de los abogados en sus pleitos? ¿cuál es la indemnización media en una determinada causa?... Incluso, se podría predecir el resultado de las sentencias en función temas y jueces y tribunales. Se abre un nuevo espacio de oportunidades para las startups legales, para el tratamiento de la inteligencia artificial en la documentación jurídica.
Pero la innovación en nuestro sector no se limita a la información, va más allá, cuando los servicios legales ponen al cliente en el centro de su actividad. A partir de esta premisa vuelven a surgir nuevas formas de innovación, que no todas van unidas a la tecnología, sino al modelo de negocio del despacho.
Como señaló acertadamente Alejandro Gómez de la Cruz, vivimos un momento en que las organizaciones no son innovadoras, lo son las personas dentro de las organizaciones, de los despachos. Hay que dar el paso que esa cultura innovadora que está en los abogados no muera y se diluya en la organización. Como señaló Jimmy Vestbirk, fundador de Legal Geek, en Reino Unido los jóvenes abogados que se incorporan en los despachos, pasados cuatro años, olvidan la innovación por sus aspiraciones profesionales. Jorge Morell fue mucho más tajante, nuestros jóvenes universitarios salen con una mentalidad de 60 años. ¿Qué tiene que cambiar en nuestra Universidad para que los futuros abogados entiendan su nuevo entorno? Vertbirk ya anunció que en Reino Unido esto si va a cambiar.
Los jóvenes abogados se acomodan en los despachos, tal vez a imagen y semejanza de sus socios. Innovar supone asumir que una parte de los beneficios del despacho se destinen a proyectos de innovación, como señalo Eva Brunch. Es la hora de romper moldes, de “derogar” lo establecido, en palabas de Alejandro Sánchez del Campo.
Es la hora de innovar en nuestros despachos y organizaciones, ¿estamos preparados?