Por norma general la mesa del despacho de un abogado suele estar plagada de papeles con una gran carga de contenido desaprovechado. En este punto es necesario hacer una doble distinción en cuanto a este tipo de abogados se refiere:
- Los abogados que ordenan acalorados la mesa como muestra de respeto ante la casi olvidada cita que tenían con su cliente.
- Los abogados que se dan por vencido y deciden adoptar una apariencia de normalidad entre tanto documento.
El segundo tipo de abogado es sin duda el más interesante a los ojos del cliente. Pero apuntemos un matiz: el abogado que decide mostrar gran parte de su repertorio al cliente es el más interesante cuando lo hace a través de internet y las redes sociales.
Todo ese contenido, con una simple, pero buena estrategia, atraerá seguidores y de su mano nuevos clientes. Además, existen excelentes herramientas como Social Content de Law&Trends que permiten compartir tus contenidos sociales y llegar a una audiencia mucho más amplia. Acercarás tus conocimientos a tus potenciales clientes y lo compartirás también con compañeros de profesión. Hoy en día la gran mayoría de las personas que contratan algún servicio o compran un producto se informan de él previamente a través de internet.
El abogado por lo tanto tiene varias alternativas a la hora de crear un blog:
Blog profesional o temático:
Es necesario que todo ese contenido que decidamos volcar en este tipo de blog tenga una base sólida construida con una rutina diaria de trabajo y una experiencia cincelada día a día. Si un abogado publica su capacidad técnica en Internet para dar a conocer su área de especialización lo hace porque esa experiencia ha sido reconocida primero por el sector jurídico. Gracia a ello labrará su marca personal, compartiendo su especialidad con los clientes. En resumen, un blog profesional NO es fingir y cantar a los cuatro vientos que somos expertos en una materia en concreto que nos interesa vender. Si no que es la plasmación de nuestra capacidad técnica gracias a determinadas acciones y medios que nos permiten dar a conocer nuestra especialización.
Sin lugar a duda este tipo de blogs nos sirven como herramienta complementaria para la generación de oportunidades comerciales para la firma que representamos como embajadores de la misma o para nosotros mismos como abogados independientes.
Ventajas de tener nuestro propio blog corporativo:
- La arquitectura y la estructura están mucho más optimizada para buscadores.
- Los paneles de administración y gestión de nuestro blog son mucho más atractivos, de contenido muy usable.
- El blog tiene funcionalidades de la web 2.0 incorporadas (es decir, potencian por sí mismos la creación de la comunidad).
- Nos permite obtener feedback directo a través de la gestión de comentarios de nuestros usuarios.
Blog Corporativo:
Es el espacio más “formal”, en donde se puede recoger el día a día de un despacho de abogados para favorecer el posicionamiento del mismo en la red. Los integrantes del despacho pueden utilizar este canal para potenciar la imagen de la firma y dar a conocer sus especialidades. Aunque preferiblemente debe ser un profesional del Marketing Jurídico el que se encarga de las acciones relativas en este punto.
Este tipo de blog me atrevo a sentenciar que será condición sine qua non para la supervivencia de cualquier despacho de abogados de un futuro no muy lejano.
Blog personal:
Este tipo de blog, aunque es el menos recomendable para la figura del abogado por recoger conocimientos, puntos de vista y experiencias personales del autor, está cobrando gran auge entre los profesionales del sector en los últimos tiempos. No resulta extraño ver blogs del tipo de: “el abogado cocinero”, “moda para abogados”, “la abogada runner” o “la abogada viajera”, por poner unos ejemplos.
En definitiva, el blog nos permite una comunicación directa y establecer relaciones con nuestros clientes. Por otra parte nos permite posicionarnos como expertos también en la red además de favorecer la optimización del posicionamiento de nuestra marca personal en redes y buscadores, sin olvidar que también nos permite ofertar nuestros servicios, en otras palabras, es un “canal de venta” muy atractivo, que nos permite llegar a mucha más gente.