El verano es una época de gastos para muchas personas, que puede hacer especialmente fácil caer en la trampa de las Tarjetas Revolving. Vacaciones, viajes, eventos, comidas fuera de casa o un capricho hacen que los consumidores gasten más de lo esperado y por lo tanto, recurran a financiación rápida y accesible. Por esto, queremos recordar que estas tarjetas, coloquilamente denominadas abusivas, son un arma de doble filo, su letra pequeña confusa oculta riesgos que nos pueden salir muy caros, pues todas las compras y las retiradas de efectivos se aplazan automáticamente y generan intereses.

Antes de contratar estas tarjetas de crédito y entrar en una espiral de endeudamiento, es recomendable conocer otras alternativas a las tarjetas revolving y sus beneficios. Apostar por una de ellas a futuro, puede ser mejor decisión que acceder a esa “oferta irresistible” de las tarjetas abusivas que nos hacen con promesas que se alejan de la realidad.

Los principales motivos para no contratar una tarjeta revolving es que los intereses son muy elevados, los largos plazos de pago se alargan durante años y ocasionan más intereses y, en caso de impago, las altas comisiones.

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