El Tribunal Superior de Justicia de Canarias ha condenado al Servicio Canario de Salud y a su aseguradora SHAM a indemnizar con 352.479 euros más intereses a una madre por la muerte de sus gemelas debido a mala praxis médica durante el embarazo.

La sala concluye que no se garantizaron las medidas de seguridad necesarias, lo que provocó la infección y el fatal desenlace. Además, destacó la ausencia de consentimiento informado y controles de infecciones hospitalarias.

Para José Antonio Betes, abogado que ha conseguido el caso, “esta sentencia reúne en un solo caso algunas de las principales problemáticas de la negligencia médica, lo que resulta tanto llamativo como lamentable”.

Los hechos ocurrieron en agosto de 2018, cuando la paciente, de 32 años y con un embarazo de alto riesgo, ingresó en el Hospital Universitario de Canarias con 25 semanas de gestación. A pesar de la evolución normal de los fetos, el 4 de septiembre se detectó un aumento del líquido amniótico, por lo que los médicos decidieron extraer dos litros mediante un amniodrenaje. Sin embargo, este procedimiento se realizó en un espacio inadecuado, sin condiciones de asepsia ni consentimiento informado.

El 8 de septiembre, al sospecharse una infección placentaria (corioamnionitis), se indujo el parto. Las niñas nacieron pero fallecieron un día después por infección causada por varios patógenos.

El letrado espera que esta sentencia sirva de precedente para futuras pacientes a la hora de no omitirles información, ya que el consentimiento informado “no puede ser un mero trámite burocrático, donde al paciente simplemente se le presenta un documento para firmar sin una verdadera explicación, bajo la presión de que, si no lo hace, no recibirá tratamiento”.

Y manifiesta que es fundamental que el paciente reciba información clara y comprensible. “La omisión de este deber constituye una vulneración de la lex artis y evidencia una deficiencia grave en la atención sanitaria”.