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Amaya Quincoces y Elena S.Laso

Madrid, 26 feb (EFE).- ¿Cuidar bien a un perro es fácil? La ley de bienestar animal obligará al dueño a acreditar su capacitación con un curso que, para que sea efectivo los veterinarios piden que se imparta por "un profesional competente" que conozca la idiosincrasia de cada ejemplar y además desgranan pautas de un manejo responsable.

"Lo que pedimos al Gobierno es que cuente con los veterinarios para impartir los cursos y supervisarlos", explica en una entrevista con EFE Luis Alberto Calvo, presidente de la Organización Colegial Veterinaria (OCV), que representa a 36.000 veterinarios en España.

Según Calvo, la labor de los veterinarios es clave para la atención y cuidados para la salud del animal, un bien especialmente preciado en las familias españolas a tenor de los datos que revelan que en uno de cada tres hogares se convive al menos con una mascota.

"La formación en bienestar animal está reglada para los veterinarios; somos la única profesión que puede asegurar que la formación de los cursos es eficaz, efectiva y se ajusta a las necesidades de cada especie de compañía", explica el presidente de la Organización Colegial Veterinaria.

De acuerdo a la nueva Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales, las personas con perros deberán acreditar un curso de formación aún no vigente para la tenencia responsable de perros.

El curso según la norma, tendrá una validez indefinida, será gratuito y su contenido se determinará reglamentariamente aunque todavía está pendiente de desarrollo, pese a que la ley de bienestar animal en donde se incluye está en vigor desde hace cinco meses.

El motivo del retraso se debe a que, en la anterior legislatura no hubo tiempo para regular la formación, por el adelanto electoral.

El Ministerio de Derechos Sociales ha avanzado sin embargo a EFE que trabaja ya con "borradores" iniciales para activar su aprobación una vez superados los trámites correspondientes.

"El curso de formación de tenencia responsable del animal será facilitado por la administración y se deberían impartir normas formativas generales aunque también específicas, por las particularidades de cada ejemplar", explica Calvo.

El presidente de la OCV ha aprovechado para desgranar pautas de cómo garantizar el bienestar animal en función de las características del perro, tamaño, envergadura, personalidad y psicología.

A modo de ejemplo, ha explicado que no es lo mismo manejar a un animal de más de cien kilos que a otro liviano, porque sus necesidades de bienestar son muy diferentes.

El entorno también influye: los perros diminutos pueden ser felices en espacios reducidos mientras que los grandes necesitan amplitud para moverse y correr.

A quien tenga poco tiempo para pasear y viva en una casa de tamaño medio, es preferible un San Bernardo antes que un Jack Russell Terrier, porque aunque es más pequeño también es mucho más activo.

No son iguales tampoco las condiciones de bienestar de un perro con pelo supertupido y abundante que las de otro no peludo.

Así un perro nórdico puede dormir plácidamente en el jardín de casa a cinco grados bajo cero, pero no ocurre igual con un ejemplar originario de climas cálidos. El factor pelo además puede predisponer o no a infecciones dérmicas.

La interacción con los miembros de la familia también es relevante; en una casa con niños las razas cariñosas son lo habitual frente a las dominantes.

Según el presidente de la OCV, para garantizar el bienestar animal deben asegurarse sus necesidades básicas que van desde la comida, bebida y temperatura adecuadas, entre otras, y por supuesto también la ausencia de dolor.

Además de reclamar su papel para la docencia de los cursos reglados, el colectivo reivindica asimismo la figura del perito veterinario, para que "pueda haber un diagnóstico ágil a la hora de determinar si un caso es realmente o no de maltrato".

Los veterinarios piden también "potenciar los sistemas de identificación de animales de compañía" para disponer de una trazabilidad adecuada.

En España alrededor del 30 % de perros aunque es obligatorio, y el 90 % de gatos carecen de microchip identificativo, lo que complica el retorno con sus dueños cuando se extravían.

Según la ley de bienestar animal de la que finalmente han sido excluidos los perros de caza y otras actividades, el Gobierno a propuesta del Ministerio competente aprobará el procedimiento sobre los listados de mamíferos, aves, reptiles, anfibios, peces e invertebrados que formarán parte del "listado positivo de animales de compañía" permitidos.

"Se aprobará mediante real decreto. A día de hoy ese listado no está elaborado", aseguran a EFE fuentes del Ministerio de Derechos Sociales.

En tanto que no sea aprobado y publicado en el BOE, en estos momentos "quienes tengan animales que cumplan criterios de peligrosidad (venenosos, mamíferos silvestres de más de 5 kilos, primates o reptiles de más de 2 kg) deberán comunicar su existencia a la comunidad autónoma en la que residan".

"El resto no tienen que hacer nada. En el caso de los hurones, dado que son considerados animales de compañía, tienen que ser identificados y registrados como tal en el registro autonómico correspondiente, de forma idéntica a como se hace con gatos y perros", añaden las fuentes. 




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