Se trataba de un asunto que apuntaba a posible fraude desde el principio. Y mi olfato de viejo sabueso, no me falló, puesto que a día de hoy tengo constancia fehaciente de la realidad del engaño. Un determinado trabajador termina su jornada de trabajo el viernes por la tarde con aparente normalidad. No obstante, el domingo acude al Hospital alegando haber sufrido una contusión en el trabajo, precisamente el viernes. “Casualmente”, el viernes empezaba la fiesta mayor del pueblo y ésta seguía durante el fin de semana. El lunes por la mañana, el trabajador acude al trabajo aportando el informe del Hospital, manifestando no poder trabajar y pide a la empresa que le haga los “papeles para la Mutua de Accidentes de Trabajo”. La empresa, aún consciente de que no ha ocurrido nada en el trabajo, consiente en “hacer los papeles” para la Mutua pensando que así la baja médica será más corta y al trabajador lo atenderán mejor. Y si, la maniobra sale “bien” y la Mutua se “traga” el inexistente accidente laboral.

Pues bien, la tontería esta, le ha costado a la empresa y sólo por ahora, una magnífica Acta de la Inspección de Trabajo por falta de medidas de seguridad con su correspondiente multa administrativa y una no menos magnífica resolución del INSS en materia de recargo sobre prestaciones. Les ha caído el 30%. Ahora andan locos poniendo cirios a Santa Rita – patrona de los imposibles – para que no le acaben concediendo al trabajador una Incapacidad Permanente.

Mucho ojo pues, con según que “favores” o concesiones se hacen. No es la primera vez que conozco un caso como éste… y si nadie lo remedia, seguramente no será la última.

Con todo, lo más curioso del caso, por lo menos para mí, es saber cómo la Inspección de Trabajo ha podido determinar la existencia de falta de medidas de seguridad de un accidente de trabajo que jamás se ha producido, porque si bien es cierto que hay una infracción, ésta es por fraude a la Seguridad Social, no por no haber respetado las normas en materia de riesgos laborales. Y en este caso, además, la sola comprobación de los hechos, apuntaba, desde el mismo inicio del asunto, al fraude. Y de manual, porque es muy extraño que un trabajador se accidente el viernes y hasta el domingo no se “acuerde” de que tiene que ir al médico.