lawandtrends canal de whatsapp

LawAndTrends



Ya me perdonareis si hoy hago un post un poco más personal y es que ayer [30 enero] fue mi cumpleaños. Y no lo digo para que me felicitéis, que muchos ya lo hicisteis y estoy más que agradecido por ello. Lo digo porque ya han caído los “sesenta y todos” y esto empieza a ser serio. Por esto hoy quería hurgar un poco en el ayer, en el ayer en sentido amplio del término. Observar el ayer supone mirarse al ombligo y decir aquello de que, si estoy aquí y hasta aquí he llegado, será por algo. Y ese algo significa ir hasta el principio de los tiempos y repasar todo lo que ya llevan a cuestas mis lumbares, dorsales y cervicales que realmente no es poco. Empecé en esta profesión directamente desde la nada. De hecho, con un par de pimientos y prácticamente nada más. Pasé muchas, muchísimas horas en la biblioteca del Colegio de Abogados, buscando allí lo que no me habían dado en la facultad y también aquello que no estaba allí ni en ninguna otra parte. De hecho, lo llevaba encima, pero aún no lo sabía. Aprendí a base de equivocarme. A veces mucho y a veces no tanto. Pero lo que más hice fue no dar nunca nada por perdido, buscar y rebuscar, dedicar tiempo y horas, muchas horas, días, fines de semana, vacaciones y fiestas de guardar y de las otras. Oír mucho, escuchar  más, empatizar, sufrir por el cliente, pasar también muy buenos momentos y porque no decirlo, pelearme a veces con él porque no nos entendíamos.

A lo largo de estos años he acabado haciendo todos los papeles en la jurisdicción social. He defendido a todos y todo lo que se puede defender allí. He defendido a personas magnificas y a auténticos desaprensivos y lo he hecho porque pienso y seguiré pensando que el derecho a la defensa es el último que debe negarse nunca a nadie. He creído y creo mucho en este derecho. Es de los pocos, poquísimos credos que tengo.

Cuando levanto la vista del ombligo, pienso que si he llegado a ser quien soy y a estar donde estoy es, simplemente, porque he recogido lo que he sembrado. Y no se si sembré bien, pero creo haber conseguido una buena cosecha: no soy un erudito, tampoco me he forrado, ni he jugado nunca a ello. Pero creo que he conseguido ser, he sido y quiero seguir siendo, un abogado laboralista de a pie, sin más estridencias, que tampoco van a ninguna parte.

Si voy algo más allá del ombligo, no veo mi futuro, el que me quede, sentado en un sofá viendo la tele. Me resisto a ello. Creo que va tocando ir transmitiendo lo bueno y malo que he aprendido a quienes puedan necesitarlo.




No hay comentarios.


Hacer un comentario

He leido y acepto los términos legales y la política de privacidad