• La efectividad de la ley que durante casi 50 años ha sustentado y guiado al Mundo en la lucha contra la corrupción internacional queda suspendida temporalmente por la orden Ejecutiva del presidente Trump.
• "A Occidente le toca seguir sin Estados Unidos. Tiene que crecer deprisa y echarse a hombros la responsabilidad de combatir la corrupción internacional, incluida la que pueda provenir de ciudadanos y empresas norteamericanas", explica Diego Cabezuela Sancho, Senior Partner de CIRCULO LEGAL.

 La entrada a la presidencia de Estados Unidos de Donald arranca con un mazazo a la comunidad jurídica internacional, tras el dictado, el pasado 10 de Febrero, de la Orden Ejecutiva que deja en suspenso la Foreign Corrupt Practices Act (FCPA), ley publicada en 1977, que según Diego Cabezuela Sancho, Senior Partner de CIRCULO LEGAL, “ha sido, durante casi 50 años, viga maestra de la lucha internacional contra la corrupción, penalizando sin contemplaciones los sobornos u ofertas de sobornos a funcionarios extranjeros para conseguir o retener contratos públicos.”

La FCPA atacó de frente la corrupción, las adjudicaciones publicas trucadas y los sobornos, alcanzando no solo a las empresas norteamericanas, sino también a empresas extranjeras que cotizaran en Bolsas de Estados Unidos, o que, realizaran cualquier acto de respaldo en el país a un soborno pagado en el extranjero.

Cabezuela nos presenta un ejemplo de aplicabilidad de la FCPA: “una empresa neozelandesa que pagase un soborno por un contrato en Nigeria, pero que tuviera intereses en Estados Unidos, podría responder ante la Justicia norteamericana por los hechos de Nigeria”.

Esta ley fue publicada como consecuencia del escándalo Watergate, y las redes de corrupción que puso al descubierto y ha sido decisiva en la persecución de grandes casos de corrupción internacional como Siemens o más recientemente, el caso de Odebrecht/Lava Jato. “Estados Unidos se convirtió así en un gendarme mundial contra la corrupción, y la FCPA en su catecismo, creando una cultura jurídica y empresarial basada en la ética y en el cumplimiento de la ley”, señala Cabezuela Sancho.

Así mismo, la FCPA marcó el camino a seguir a otros países e instituciones que siguiendo su estela e inspiración redactaron y aprobaron leyes contra la corrupción, por ejemplo, la Bribery Act de Reino Unido en 2010, o la ley Sapin de 2016, en Francia.

El cambio que supuso esta ley y las que siguieron el camino marcado por ella habían alcanzado un avance notable, logrando atraer a las nuevas generaciones de los países que luchan por deshacerse del estigma de la corrupción y ser respetados en el comercio internacional.

El primer zarpazo

Pero la Administración Trump ha dado la vuelta al inmenso trabajo hecho durante cinco décadas con la Orden Ejecutiva de 10 de febrero que suspende temporalmente la efectividad de la ley. Aparentemente USA o su Presidente han perdido el miedo al efecto contagio de la corrupción que preocupaba a los redactores de la FCPA en 1977 y según lamenta Diego, ahora se “anima alos us empresarios a chapotear con el virus”.

Esta orden conlleva la paralización de investigaciones en marcha y posibilita la revisión de condenas y sanciones impuestas en el pasado.

Según el abogado “A Occidente le toca seguir sin Estados Unidos. […] Occidente tendrá que asumir muchas nuevas responsabilidades más, de todos los órdenes, en el temible escenario global que se avista en el horizonte”, aun así, se muestra confiado por que occidente “Cuenta con algunas unas buenas herramientas jurídicas para intentar llegar a donde ya no quiere llegar Estados Unidos. Pero será preciso rearmar fuertemente sus normas antisoborno y proporcionarlas una potente extraterritorialidad para recoger, cuanto antes, ese testigo que Estados Unidos ha dejado en el barro”.

En definitiva, aun falta conocer la reacción de los empresarios norteamericanos y su postura frente a los contratos que, a día de hoy, incorporan clausulas antisoborno y, cómo aplicaran los jueces, especialmente los jueces norteamericanos, los posibles incumplimientos de estas cláusulas.