- En los próximos cinco años, la tecnología impactará en la innovación en nuevas áreas del derecho, en los modelos colaborativos de trabajo, así como en la mejora de procesos y la eficiencia
- La reducción de honorarios de abogados externos, una mayor involucración en las decisiones estratégicas de la empresa, la implantación de modelos tecnológicos, la internacionalización o la igualdad de sociatura, entre los principales retos para las asesorías jurídicas y las firmas de abogados
- Enlace al estudio “El sector legal de los negocios 2011-2021”
El 90% de los despachos de abogados reconoce que debe evolucionar y modernizar su negocio con modelos más flexibles, facturación a precio cerrado y culturas colaborativas. Para ello la innovación, lo conocimiento en tecnología y en legaltech son la respuesta de los departamentos jurídicos para a adaptarse a las nuevas necesidades del entorno. Ésta una de las principales conclusiones del estudio “El sector legal de los negocios 2011-2021”, elaborado por Esade Law School, editado por Wolters Kluwer y con la colaboración de Iuristalent, y que analiza los últimos diez años de la profesión a partir de más de 200 entrevistas y 500 cuestionarios realizados a profesionales, abogados internos y despachos españoles en un momento clave para el oficio.
El informe apunta que, en los próximos cinco años, la tecnología impactará especialmente en la innovación en nuevas áreas del derecho, en los modelos colaborativos de trabajo, así como en la mejora de procesos y la eficiencia. También serán relevantes los nuevos modelos de entrega, la facturación creativa, así como la introducción de la aplicación de las técnicas de gestión de proyectos al sector legal (legal project management). Según Eugenia Navarro, autora del estudio y profesora de Marketing Jurídico de Esade Law School, “la profesión del abogado ha evolucionado durante los últimos tiempos mucho más que durante el último siglo. La tecnología, la democratización de la información y el cambio de necesidades en los compradores de servicios jurídicos han generado un replanteamiento de los modelos de negocio de las firmas”.
Cambio de paradigma y principales retos
El 63% de los departamentos jurídicos afirman haber crecido en los últimos cinco años. La eficiencia en los procesos constituye la clave para un sector que demanda precios más competitivos y necesita rentabilidad para las firmas. Facturar más o menos ya no sirve para la eficiencia, la rentabilidad se convierte en la medida de la sostenibilidad de las firmas. El informe concluye que sin una buena gestión empresarial no se puede competir en el futuro en el mercado legal. Y éste será uno de los cambios de paradigma más importantes, entender que las firmas son empresas independientemente del tamaño.
Los principales retos de las asesorías jurídicas son la reducción de honorarios de abogados externos, conseguir una mayor involucración en las decisiones estratégicas de la empresa o la implantación de modelos tecnológicos. Para las firmas de abogados, los desafíos centrales son la internacionalización, alcanzar la igualdad de sociatura, la mejora de la rentabilidad o la apuesta por mayor innovación en los servicios. En este sentido, el 84% de los entrevistados asegura que la tecnología es una herramienta que prueba la eficiencia, por lo que los departamentos legales esperan que las firmas inviertan más para poder prestar mejores servicios, “más rápidos y precisos”. El estudio señala que las áreas que van a generar una mayor inversión son ciberseguridad, competencia, e-commerce, compliance y derecho digital.
Servicios con mayor impacto de la tecnología
Los departamentos jurídicos van a exigir a sus proveedores de servicios legales que sean capaces de acompañarlos y ayudarles en este cambio de enfoque y visión, teniendo en cuenta la tecnología como uno de los indicadores de selección en sus concursos. En esta línea, se espera una evolución en la prestación de servicios jurídicos acompañada de un mejor delivery y reporting tanto a nivel de facturación como de servicio. De acuerdo al resultado cualitativo, la tecnología va a impactar más en la estandarización de procesos y revisión de contratos. Se espera una mejora también en la comunicación con los despachos externos a través de plataformas comunes de trabajo, sistemas de legal project management y modelos de facturación visibles y transparentes. Para todo ello, la profesionalización y optimización de la gestión será el gran reto de lo que el informe denomina “la era de la eficiencia”, que se unirá a la necesidad de complementar el perfil tradicional de abogado con conocimientos en tecnología, legaltech u operaciones legales.
El declive de la facturación por horas
Si en 2011, la preferencia de facturación era de un 95% por horas, durante estos años se ha convertido en una realidad necesaria para optar a determinados concursos o para trabajar con determinados clientes. El modelo de facturación por horas queda relegado a un modelo de gestión interno y, aunque se siguen utilizando, los clientes generarán una mayor presión para evitar este modelo. Por una parte, el modelo de facturación por horas no refleja el valor y calidad de ese tiempo, por otra parte, hay una pérdida de control de la eficiencia. Los clientes quieren certeza y predictibilidad en sus honorarios y eso implica que las firmas de abogados se centren en la gestión y en la eficiencia en los procesos y, por supuesto, en la tecnología.
La COVID-19 se ha convertido en un catalizador de cambios en el sector legal que, unido a la presión a la baja de los precios, generará una nueva realidad para las firmas y las empresas. Los asesores jurídicos consultados durante la pandemia tienden a decir que el control de abogados externos será una de sus prioridades ya que sus empresas pasarán un periodo de dificultad económica. Por este motivo, también estarán más abiertos al cambio y a probar nuevos modelos ya que antes estaban más “recelosos”, según señala el informe. Esto implica que el sector sufrirá una presión a la baja y se volverá más competitivo, aparecerán nuevos modelos que segmentarán más las tareas y que utilizarán tecnología para determinados trabajos estandarizados.