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Sara Muñoz

Madrid, 20 abr (EFECOM).- La eficiencia energética de los edificios forma parte de la hoja de ruta hacia la descarbonización de la Unión Europea, cuyo Consejo ha adoptado recientemente una directiva en la que se introducen normas encaminadas a conseguir un parque con cero emisiones para 2050.

En esta carrera, el sistema CAE, novedoso en España, pero que se aplica desde hace más de catorce años en Francia, aspira a convertirse en aliado de las comunidades de propietarios, las cuales pueden vender, a cambio de una contraprestación económica, el ahorro energético que hayan conseguido después de invertir en actuaciones como una mejora de sus calderas.

¿Qué es un CAE?

Un CAE o Certificado de Ahorro Energético es un documento electrónico que garantiza que, tras llevar a cabo una obra de estas características, se ha conseguido un nuevo ahorro de energía final equivalente a 1 kilovatio hora (kWh), que podrá monetizarse.

Este instrumento permite recuperar parte del coste de las inversiones realizadas en eficiencia energética, ya sea un cambio de iluminación o una mejora del aislamiento térmico, entre otros.

Y es que el usuario final, con independencia de su tamaño -puede ser desde individual a industrial, siempre que genere un mínimo de kWh/año ahorrados- recibirá una compensación al vender, en un mercado especialmente habilitado para ello, los ahorros obtenidos.

Podrá hacerlo directamente a los interesados o a un intermediario, como las propias compañías que reforman los edificios, instalan las ventanas o renuevan los equipos, que suelen ofrecer descuentos como canje.

Compradores

Los compradores que acuden a usuarios finales o a intermediarios son comercializadoras de gas y electricidad, así como operadores de productos petrolíferos y de gases licuados del petróleo al por mayor, obligados por ley a obtener una determinada cuota anual de ahorro energético.

Hasta hace unos meses, sólo tenían una forma de hacerlo: pagar al Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE) una cantidad, susceptible de variar en cada ejercicio, que para este 2024 se ha fijado en 182 euros por cada megavatio hora (MWh) de obligación a cumplir.

Con ese Fondo, el Gobierno diseñaba -y aún lo hace- los programas de ayuda y con las actuaciones subvencionadas se obtenían los ahorros energéticos que se comunicaban a la Comisión Europea para cumplir el objetivo nacional, ahora en unas 54.000 kilotoneladas equivalentes de petróleo (ktep) para el periodo 2021-2030.

Sin embargo, la implantación del sistema CAE, el pasado noviembre, da a estos sujetos una alternativa, y es cumplir con un porcentaje de ahorro -cuyo máximo irá incrementándose hasta poder suponer el 90 % de sus obligaciones totales en 2026- mediante la compra de los obtenidos por otras compañías o los ciudadanos.

En el presente ejercicio se contabilizan 706 sujetos obligados, de los cuales 455 empresas tienen una obligación total de ahorro que ronda los 4.299 gigavatios hora (GWh).

Ventajas

El mecanismo, cuyo impacto económico a 2030 está previsto que alcance los 41.413 millones de euros por su capacidad de movilizar inversiones en eficiencia energética, funciona de manera que el ahorro debe ser verificado por un independiente y validado después por las comunidades autónomas, que emiten su informe.

El Ministerio para la Transición Ecológica, como coordinador nacional, se encarga de la regulación, del registro nacional y de la liquidación de ahorros.

El sistema pretende ofrecer un beneficio múltiple. Por un lado, se flexibiliza el cumplimiento de los objetivos de ahorro energético, cada más exigentes, de las comercializadoras, que acudirán a él sólo si les cuesta menos que abonar 182 euros/MWh al fondo.

Por otro, el ser un acuerdo privado entre las partes y no una ayuda de Estado -el Ministerio no fija los términos de la compraventa- agiliza los plazos, que no superan las cinco semanas, favoreciendo además que España aumente su ahorro acumulado según la contabilidad de la Comisión Europea.

Comunidades de propietarios

También redunda a favor de los usuarios finales, primer eslabón de este mercado incipiente que ha dejado, hasta la fecha, unos 44,5 millones de CAE solicitados (equivalentes a 44,5 GWh de ahorro); 17,5 millones ya han sido certificados.

Aunque la actuación del Teatro Real ha sido la más sonada, la primera liquidación fue a 2.400 viviendas residenciales, aglutinadas en varias comunidades de propietarios, en Alcorcón (Madrid), que cambiaron una caldera de gas comunitaria por unas bombas de calor aire-agua.

La operativa finalizó sin necesidad de modificar los radiadores dentro de los hogares.

Con todo, el sistema CAE es, por ahora, "poco conocido", explica a EFE el tesorero del Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas (Cgcafe), Peio Mendía, que asegura que están trabajando para que el dinero llegue a las comunidades de propietarios.

Al resultar todavía ajeno, se están encontrando ofertas de "entre 20 a 90 euros" por CAE, lo que obliga a trabajar para que estos fondos, destinados a mejorar la eficiencia energética, "no se pierdan en los intermediarios".

Así, explica Mendía, una comunidad que haga una fachada ventilada en Burgos o Vitoria puede generar diez CAE por vecino, de modo que, según la oferta que les llegue, cada propietario podría cobrar "200 o 1.000 euros".

En esta línea, fuentes del Ministerio insisten en que este colectivo tiene que negociar, de la mejor forma posible, la venta de sus ahorros.

Debido al tipo de obra que puede beneficiarse del mecanismo, aún son pocas las comunidades de propietarios que han conseguido CAE.

No obstante, apunta Mendía, actuaciones como envolventes térmicas o cambios de caldera con aporte de energía de placas térmicas solares o aerotermia que se hayan realizado con los fondos europeos 'Next Generation' son susceptibles de producirlos.

Ello hace -sentencia- que las comunidades de propietarios vayan a ser, en los próximos tres años, "un importante foco de esta actividad". 




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