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Barcelona, 4 mar (EFE).- Noelia, la joven de 24 años con paraplejia cuya eutanasia fue suspendida 'in extremis' en agosto a petición de su padre, ha ratificado ante la jueza su voluntad de tener una muerte digna y ha denunciado las "coacciones" que recibió de entornos católicos hasta que se paralizó: "Me robaron mi día".

El juzgado de lo contencioso número 12 de Barcelona ha celebrado este martes, a puerta cerrada, una vista para decidir si da luz verde a la eutanasia que solicitó la joven hace casi un año, en el primer juicio que tiene lugar en España por el derecho a una muerte digna, han informado fuentes jurídicas.

El juicio enfrenta a la Generalitat, que defiende la decisión de la Comisión de Garantía y Evaluación que en julio de 2024 dio luz verde a la eutanasia de Noelia -por unanimidad de sus 19 miembros-, y al padre de la chica, representado por el colectivo ultracatólico Abogados Cristianos.

La Fiscalía, que apoyó la petición del padre de Noelia para que se suspendiera la eutanasia, todavía no se ha pronunciado sobre si debe autorizarse la muerte asistida de la joven, para lo que dispone de un plazo de cinco días.

En el juicio ha declarado la propia Noelia, cuya interrogatorio solicitó la Fiscalía, así como siete especialistas médicos y forenses, que han coincidido a manifestar que Noelia tiene las "competencias conservadas" y no sufre ninguna alteración mental que merme su capacidad de decidir.

Los testigos han contradicho así la tesis de Abogados Cristianos, que sostienen que la chica, que arrastra graves secuelas y una pérdida total de autonomía a raíz de un intento de suicidio en 2022, sufre un trastorno límite de la personalidad que le impide decidir sobre su vida.

Coacciones, cruces y estampitas religiosas

La propia Noelia ha reiterado hoy ante la jueza que quiere tener una muerte digna, lo que asegura lleva ya mucho tiempo esperando, y ha aclarado que nunca ha tenido duda alguna de su voluntad de morir.

Ha confesado ante la magistrada el sufrimiento que le ha supuesto el aplazamiento de la eutanasia -inicialmente prevista para el 2 de agosto pasado pero que un juzgado suspendió a petición del padre- y ha lamentado: "Me robaron mi día".

Según Noelia, durante tramitación de la eutanasia no ha recibido ninguna indicación ni sugerencia para que pidiera la muerte digna por parte del equipo médico que la asistido y acompañado durante el proceso, pero sí ha admitido haberse sentido "coaccionada" por personas de entornos católicos vinculadas al centro de menores en el que pasó gran parte de su vida tutelada.

En ese sentido, ha explicado que esas personas han acudido repetidamente al centro sociosanitario en el que está ingresada para convencerla de que desistiera de la eutanasia y han invadido su habitación con "estampitas, cruces y símbolos religiosos", hasta el punto de que ella misma decidió un día poner un cartel en la puerta para que dejaran de molestarla.

Por su parte, los médicos que han declarado en la vista oral -incluido un forense- han confirmado, como ya consta en el expediente administrativo, que la joven cumple con los requisitos exigidos por la ley de eutanasia: un sufrimiento físico y psíquico constante, reiteradamente expresado como intolerable y sin pronóstico de mejora o curación.

Aparte de los supuestos trastornos mentales de la joven, los abogados del colectivo ultracatólico que representa al padre esgrimen ante la jueza una anotación de semanas antes de la fecha fijada para la eutanasia en la que Noelia parece expresar dudas sobre su voluntad de morir.

Consultada sobre esa nota por los responsables del centro sanitario en el que está ingresada, la joven aseguró que no tenía ninguna voluntad de echarse atrás y añadió que no era consciente de haber escrito ese documento en un estado de lucidez.

No obstante, siguiendo los criterios de la Comisión de Evaluación de la Generalitat, se contactó con un notario para que levantara acta de su voluntad de seguir adelante con el proceso de eutanasia, un documento que constituye una prueba clave del juicio.

Finalizada la vista oral, la jueza ha dado cinco días a las partes para que aporten sus informes con las conclusiones del caso, tras lo cual decidirá si avala la eutanasia solicitada por Noelia, una resolución que, de todas formas, podrá ser recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).

Por su parte, José María Fernández, el letrado de Abogados Cristianos, ha anunciado en declaraciones a los medios su intención de llegar hasta la justicia europea si los tribunales españoles avalan la eutanasia de Noelia, tras recalcar su tesis de que la patología de base que sufre "no provoca un padecimiento o dolor que sea insufrible".

Asimismo, ha negado las presiones de entornos católicos denunciadas por la chica, aunque sí ha reconocido que ha habido personas que han intentado que no acabara con su vida.




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