Mercedes Alday es abogada matrimonialista en San Sebastián. Defender los derechos de las mujeres ha sido una constante a lo largo de su carrera. Fue presidenta del XXVIII Congreso Estatal de Mujeres Abogadas con el título “Mujer y ciudad” donde se debatieron asuntos como los derechos de las refugiadas, la regulación de la prostitución en las normas urbanísticas, el acoso cibernético, el derecho a la imagen y el derecho al olvido.
A pesar de los esfuerzos de las instituciones y administraciones ¿Existen todavía los techos de cristal?
Está claro que sí, y no es una cuestión de apreciación; la evidencia la dan las estadísticas. No se cumplen las leyes de igualdad en cuanto a los niveles de representación de mujeres en todas las instancias.
¿Considera que el poder judicial sigue vistiendo ropas masculinas a pesar de que ingresen más mujeres a la carrera judicial?
El poder judicial como el resto de poderes visten ropas masculinas. La proporción de la presencia de las mujeres se va invirtiendo en sentido negativo desde los juzgados hasta el TS.
Y en el ejercicio profesional de la abogacía ¿Cree que las abogadas tienen cada día más presencia e influencia?
Crece, como en todos los ámbitos, el número de mujeres que se incorpora al ejercicio de la abogacía pero también es cierto que nuestra presencia es mayoritaria en jurisdicciones y materias tradicionalmente “femeninas” como familia o violencia de género y doméstica. Las áreas de mayor contenido económico como las del contencioso-administrativo o mercantil siguen estando copadas por hombres.
Tras la celebración del 28 Congreso Estatal de Mujeres Abogadas ¿Cuáles son las principales conclusiones que alcanzaron?
Las conclusiones se publican y se envían al mayor número de instituciones y organismos y, por experiencias anteriores, en muchos aspectos las nuestras han constituido un avance que se ha traducido con posterioridad en normativa.
Hemos constatado que queda mucho por hacer y que, lejos de lo que piensan muchas personas, la igualdad entre mujeres y hombres es algo que el transcurso del tiempo por sí solo no va a lograr. Como conclusión general podríamos decir que hay que seguir haciendo visibles las desigualdades en cada uno de los terrenos en los que nos movemos y en los ámbitos que estudiamos y analizamos para seguir avanzando.
Con unas fronteras cada vez más cerradas para los refugiados y migrantes ¿Cómo valora la situación jurídica actual de las mujeres migrantes? ¿Y de las refugiadas?
En este Congreso hemos constatado, en relación a las refugiadas que, además de superar muros y fronteras físicas y la compleja y cambiante legislación sobre extranjería han de hacerlo en situación de enorme vulnerabilidad con respecto a sus compañeros varones.
Como ejemplo, en muchos casos, están detenidas junto con sus parejas o parientes con enorme dificultad para denunciar abusos que muchas de ellas padecen; el tráfico de mujeres y de menores es una de las consecuencias más brutales de la violencia machista y azota fundamentalmente a mujeres extranjeras; los CIES tienen un especial impacto que para las mujeres y las niñas y por ello nos hemos sumado a las denuncias y reivindicaciones que desde distintos ámbitos persisten en la reclamación para su cierre definitivo
¿Qué papel están jugando las nuevas tecnologías en la situación de la mujer?
Las nuevas tecnologías, redes sociales e internet, pueden ser buenas aliadas en el ejercicio de todos los derechos de las mujeres, pero constatamos también que las mismas pueden constituir y de hecho constituyen, en muchos casos, medios o herramientas sumamente poderosas para atentar contra su derechos, y en concreto, derecho a la vida, a la seguridad, a la libertad, al honor, a la intimidad, a la salud, información, privacidad, entre otros.
¿Cree que el ciberacoso se ceba principalmente en las mujeres?
En una de las ponencias del Congreso, la que versa sobre este tema se señala y, cito textualmente: Lo cierto es que el control de las comunicaciones de la víctima es una herramienta fundamental en las situaciones de violencia de género en las relaciones de pareja como clave para obtener un asilamiento de la misma y evidentemente para mantener el control por parte del agresor, por lo que la ampliación del número de sistemas a vigilar es algo que responde, no a nueva práctica sino a la ampliación del número de posibilidades de hostigamiento y control por parte del sujeto activo de estos delitos, gracias a la evolución de las tecnologías de la comunicación.
La incorporación de la mujer a la abogacía cada vez es mayor ¿Pero qué pasa en los cargos de representación institucional?
Como en todas las esferas, los puestos de responsabilidad están, en su mayoría, ocupados por hombres. En nuestro caso, tenemos la suerte de contar con una mujer Victoria Ortega Benito como Presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, la más alta representación de la Abogacía pero ni en el propio Consejo ni en los diferentes Colegios profesionales la representación de las mujeres se corresponde con el número de colegiadas.
En la Abogacía ocurre como en el resto de instancias, que es común que la mayoría de los varones continúen cooptándose entre ellos para puestos de responsabilidad.
¿Cómo valora el ejercicio de la conciliación para alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres?
El ejercicio de la conciliación es básico. Si los hombres no se implican en el cuidado de la vida de las personas, es imposible la igualdad.
A su juicio, ¿qué modificaciones legales o qué aspectos de la Ley de Igualdad modificaría o añadiría para alcanzar la igualdad entre hombre y mujeres?
Una cuestión que se debate desde hace años es la de la necesidad de implantar por ley, la obligatoriedad de los permisos parentales y la equiparación en tiempos con los permisos de maternidad; es la única manera de conseguir que no sean siempre las mujeres las que tengan paréntesis en su vida laboral y profesional o que accedan a reducciones de jornada que, de alguna manera, las sitúan en posición de desventaja respecto de sus compañeros varones.
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