Parecía que la jornada iba a cundir. Ese día tenía tres juicios en el mismo Juzgado, aunque a un centenar de kilómetros de mi feudo habitual. El día antes, me llaman del Juzgado para decirme que el tercer juicio se suspende por una cuestión procesal y que lo vuelven a señalar para el año que viene.

Me quedaban dos.

Madrugo; carretera y manta y llego al Juzgado. Me dicen que el segundo tampoco se va a celebrar porque la otra parte pidió la suspensión el día antes a última hora y se la van a conceder. Que no les dio tiempo de avisarme antes. Nuevo señalamiento, también, para finales del año que viene.

Me queda uno. Coincido con un antiguo y gran compañero, de codemandados. Nos saludamos y empezamos la antesala. Parte de la cuestión a dilucidar en el curso del juicio era donde se había lesionado el trabajador como consecuencia de un accidente de trabajo: Si en la muñeca o en el antebrazo. Llega un momento que el compañero hace una magnífica asociación de ideas y relaciona el dilema a resolver con el juego infantil del “churro, mediamanga, mangotero”. Pasamos un buen rato haciendo sesudas reflexiones acerca de la cuestión, llegando a la conclusión que lo de churro sería equiparable a la muñeca, la mediamanga a la articulación del codo, especialmente habilitada para poder hacer cortes de manga y la cosa del mangotero se correspondería con el hombro, donde reside el manguito rotador, ese que es la estrella en multitud de accidentes de trabajo.

Nos llaman para entrar en Sala…. Y el Juez decide suspender el juicio “por prudencia” que según parece es una nueva figura procesal. La cosa es que una de las codemandadas había pedido la suspensión, el LAJ acordó no acceder y la parte recurrió en reposición. Dado que el recurso aún no se había resuelto, el Juez, contradiciendo a su propio LAJ, consideró que era mejor suspender para evitar una posible nulidad de actuaciones.

Total: Que tres de tres. El tiempo de preparación de los juicios y los más de 200 Kms, acabaron llevándose, por toda respuesta, una colosal mediamanga.

Nota.- Mil gracias al compañero @Luis San Jose Gras por la inspiración de este post.